viernes, 18 de enero de 2008

¿Cuál fue la influencia del platonismo en el cristianismo?

Joel Cruz Cotero

En los últimos límites del mundo inteligible está la idea del bien, que se percibe con trabajo, pero que no puede ser percibida sin concluir que ella es la causa primera de cuanto hay de bueno y bello en el universo; que ella, en este mundo visible, produce la luz y el astro de quien la luz viene directamente; que, en el mundo invisible, engendra la verdad y la inteligencia.[1]

Platón, La República

El cristianismo, como una nueva religión y explicación sobre el hombre y el mundo, nació con la muerte de Jesucristo. Hasta el Siglo II d. C. sólo contaba con algunos escritos para los pocos fieles que tenía, y su finalidad era dar a conocer la vida y la doctrina de Cristo y sus apóstoles, ejemplares a seguir, por medio de los evangelios y de la palabra. Fue hasta el Imperio Romano (27 A.C.-476 D.C.) cuando el cristianismo se desarrolló, de hecho es cuando nace como religión. Existen varías fases que al final consolidaron a la religión. Una de las etapas fue la Patrística[2] cuyo principal exponente fue Agustín de Hipona y se basó en gran medida en las ideas platónicas y neoplatónicas. La hipótesis de este ensayo por lo tanto será: qué tanto influyó el pensamiento de Platón y más tarde, durante el helenismo, el de Plotino en el cristianismo.

platón y las ideas platónicas

Platón nació en Atenas en 427 y murió en 347 a.C. Su nombre original era Aristocles. Platón decencia de una familia noble, y recibió la mejor educación artística y científica. Fue discípulo de Sócrates y el pensamiento socrático influyó mucho en él, sin lugar a duda, en la filosofía de Platón. Más tarde fue maestro de Aristóteles. A sus 40 años fundo La Académica, su escuela, en Atenas. Su filosofía era idealista porque las ideas eran lo principal para él. LosDiálogos son sus obras principales.

La teoría de las ideas

La teoría de las ideas demuestra la filosofía de Platón. En esta teoría Platón habló de un dualismo: un mundo sensible (ideas) y un mundo inteligible (cosas). El mundo sensible o de las ideas era el mundo real mientras que el mundo inteligible era el reflejo del mundo de las ideas. En el mito de la caverna ubicado en su obra de La República o de lo justo se puede apreciar esta teoría:

Imagina un antro subterráneo que tiene todo a lo largo de una abertura queda libre a la luz el paso, y, en ese antro hay hombres encadenados desde su infancia, de suerte que no puedan cambiar de lugar ni volver la cabeza, por causa que las cadenas que les sujetan las piernas y el cuello, pudiendo solamente ver los objetos que tengan delante. A su espalda, a cierta distancia y a cierta altura, hay un fuego cuyo fulgor les alumbra y entre ese fuego y los cautivos se halla un camino escarpado. A lo largo de ese camino, imagina un muro semejante a esas vallas que los charlatanes ponen entre ellos y los espectadores, para ocultar a éstos el juego y los secretos trucos de las maravillas que les muestran. […] Figúrate unos hombres que pasan a lo largo de ese muro, portando objetos de todas clases, figuras de hombres y de animales de madera o de piedra, de suerte que todo ello aparezca por encima del muro. Los que portean, unos hablan entre sí, otros pasan sin decir nada ¡Extraño cuadro y extraños prisioneros.[3]

Platón en este texto comparó al hombre con los individuos encadenados, esto significaba que el hombre en realidad no vivía en el mundo real (de las ideas) sino en el mundo de las sombras, donde no eran libres. Los individuos no ven otra cosa que las sombras delante de ellos y es común para ellos porque así han vivido desde que nacieron. Aunque el hombre creyera que lo que lo rodeaba era lo que existía en realidad no era así, en el mito los hombres sólo veían lo que les refleja el fuego que al final no era lo real. Platón así explicó que en el mundo en él que vivía sólo se veía lo que los sentidos muestran y en realidad eso era falso. Además de que lo que veía el humano no era cierto, tampoco el conocimiento era verdadero. Según Platón, la verdad no era comprensible ni a través de los sentidos ni de la razón. No se podía saber la verdad si no se percibía a través de los sentidos, tampoco a través de la razón porque no se conocía nada sobre el mundo ideal.

Para Platón las ideas eran incomprensibles para el ser humano, sin embargo se sabia la existencia de estas ideas: “Si decimos y nos parece que algunas cosas son buenas, bellas o justas es porque existe el Bien, la Belleza y la Justicia. Es decir, además de las cosas existen las ideas.”[4] Las ideas eran realidades que existían con independencia de las cosas. Las ideas eran únicas, eternas, inmutables, inalterables e inmateriales. Por lo tanto las ideas sólo podían ser captadas por la inteligencia. En cambio las cosas eran múltiples, materiales, sometidas a un flujo de cambios permanentes. Como las cosas poseían menos realidad no se podía asegurar que existían. Las cosas podían ser percibidas por los sentidos pero no eran inteligibles por su constante movilidad. El mundo de las cosas era simplemente la imitación del mundo ideal y aunque pareciera real, lo cierto es que sólo era la imagen de éste.

El alma

El alma en la antigüedad era vista como lo que distinguía a los hombres de los animales; además, era lo que mantenía al ser humano con vida. Para Platón, el alma era inmortal. Se puede apreciar en su diálogo Fedro o del amor:

Partiremos des este principio: toda alma es inmortal porque todo lo que se mueve en movimiento continuo es inmortal. El ser que comunica el movimiento o el que le recibe, en el momento en que cesa de ser movido, cesa de vivir; sólo el ser que se mueve por si mismo, no pudiendo dejar de ser el mismo, no cesa jamás de moverse; y aun más para los otros seres que participan del movimiento, origen y principio, y el principio mismo no ser producido por nada, porque si lo fuera dejaría de ser principio.[5]

Según Platón, existían elementos que eran principios y también eternos. No podía existir nada antes que éstos, sino no habrían sido principios. Todo lo que se movía por si mismo y que podía mover a otros cuerpos era un principio. El alma, en este sentido, era un principio y era por lo tanto eterna. El alma siempre tenía movimiento y al momento de unirse con un cuerpo le daba movimiento y cuando lo abandona éste moría pero el alma era eterna.

El alma platónica era también dualista. En Fedro, Platón lo explica con el mito del cochero y los corceles:

Digamos, pues, que el alma se parece a las fuerzas combinadas de un troco de caballos y un cochero; los corceles y los cocheros de las almas divinas son excelentes y de buena raza, pero, en los demás seres, su naturaleza esta mezclada de bien y mal. Por esta razón, en la especie humana el cochero dirige dos corceles, el uno excelente y de buena raza, y el otro muy diferente del primero; y un tronco semejante no puede dejar de ser penoso y difícil de guiar.[6]

Los corceles significaban el camino del bien y del mal, y el cochero es el hombre, el que debía dirigir a los caballos y seguir el camino adecuado. Si tenía una vida buena (el cochero representando al hombre), el corcel de buena raza lo llevaría hacia el mundo divino, el mundo de las ideas. Si sucedía lo contrario, el alma no podría llegar al mundo ideal. Si los hombres vivían muy apegados al mundo terrenal, nunca podrían salir de éste y llegar al mundo divino.

Platón también tenía una idea sobre la reencarnación. El alma podía reencarnar en distintas formas terrenales. Lo interesante de este concepto es que era lo que pasaba cuando el alma tenía que abandonar el cuerpo terrenal. Se analizará otro mito, el mito de Er ubicado en La República o de lo justo. Er era una persona que se murió pero después de un tiempo regresó a la vida y dijo:

[…] como mi alma hubo salido de mi cuerpo, llegué con multitud de otras almas a un lugar completamente maravillo, en el cual se veían en tierra dos aberturas, próximas una a otra, y otras dos en el cielo, que correspondían con aquéllas. Entre estas dos se hallaban sentados los jueces: en cuanto habían dado su sentencia, ordenaban a los justos que siguiesen su camino, a la derecha, por una de las aberturas del cielo […]; a los malos, que tomasen su camino a la izquierda, por una de las aberturas de la tierra […].[7]

Los que se iban al cielo disfrutaban por mil años vivir en el mundo de las ideas, mientras que los que bajaban al inframundo sufrían y gemían de todas sus desgracias durante los mismos años. Los virtuosos eran recompensados y los que se habían manchado eran castigados. Después de pasar el tiempo de gozo o sufrimiento las almas reencarnaban en algo de acuerdo al grado que tenían.

Plotino

Nació en Licópolis en 205 d.C. En 232 entró a un círculo intelectual en Alejandría. Plotino recogía niños huérfanos y los educaba. Tuvo un discípulo, llamado Porfirio, que publicó sus obras, las Eneadas, y también la su biografía Vida de Plotino. Parte del pensamiento de Plotino estuvo basado en la filosofía platónica. Plotino murió de lepra en 270 d.C.

El Uno

Plotino consideraba que toda la materia viva tenía un elemento que se llamaba Uno: “Todos los seres tienen su existencia por el Uno, no sólo los seres llamados en el primer sentido, sino los que se dicen atribuidos de esos seres. […] Si lo separamos de la unidad deja inmediatamente de existir”[8]. Además, del Uno proviene todo. El Uno era como el Dios cristiano, algo divino, porque Dios era todo. Dios no decidía crear nada, simplemente las cosas surgían de él; la idea de que Dios hacía lo que quería, su voluntad, era ya una idea cristiana. El Uno formaba todo, si se descomponía el elemento dejaba de existir y se dividía en muchos nuevos elementos: “[…] cada uno de ellos es un cuerpo; pero un cuerpo que, si pierde su unidad, se descompone en múltiples partes, dejando de ser lo que era antes”.[9] Plotino pensaba, al igual que Platón, que el Uno (el mundo ideal en el caso de Platón) no se podía sentir ni razonar.

El alma y el cuerpo

Tanto el alma como el cuerpo estaban formados de la Unidad, por lo tanto eran lo mismo:

[…] el alma no puede existir sin ser una […], habría que hacer notar ante todo que lo que ocurre con el alma acontece con todos los demás seres, esto es, que no pueden existir sin la unidad y; sin embargo, la unidad es algo diferente de ellos, porque el cuerpo, por ejemplo, no es lo mismo que la unidad, aunque participe […] de ella. Además el alma, que nosotros consideramos una, es múltiple, aunque no se advierten en ella partes componentes. Es múltiple, porque se encuentran en ella diversas facultades, como la facultad de razonar, o la de desear, o la de percibir, todas enlazadas entre sí por el vínculo de la unidad. He aquí por consiguiente, que el alma da una unidad a los seres, que, a su vez, ella recibe de otro ser.[10]

Plotino veía en el hombre, al igual que Platón, una dualidad. Existía algo divino, una luz, que sería el Uno y algo oscuro, el cuerpo. El alma y el cuerpo estaban interconectados y era la necesidad del individuo alcanzar al Uno. Esta filosofía sería más tarde una de las bases del cristianismo.

San Agustín y el cristianismo Agustiniano

Vida e influencias de San Agustín

Vivió de 354 a 430 d. C. Nació en el Norte de África. Durante parte de su vida estuvo influenciado por el maniqueísmo.[11] Más tarde el maniqueísmo decepciona a San Agustín por una incongruencia que él veía: no era posible que el bien y el mal estuvieran al mismo nivel. Fue el arzobispo Ambrosio de Milán quien finalmente convirtió a San Agustín al cristianismo[12] y una vez convertido San Agustín elaboraría las raíces del cristianismo. Fue Obispo de Hipona, por eso se le conoce como Agustín de Hipona. Su pensamiento perduraría hasta el siglo XIII.

La verdad

Hay tres ámbitos que eran importantes para San Agustín: Dios, el alma y la verdad. Dios era el más importante pero no se podía entender ninguno si no se comprendía la verdad: “Dice San Agustín San Agustín al inicio de sus Soliloquios: ‹‹Lo que más ansió es conocer a Dios y al alma; pero, ¿cómo podré lograrlo si no conozco antes lo qué es la verdad?››”[13] Agustín, al igual que Platón, pensaba que el conocimiento no se podía adquirir a través de los sentidos, lo único real era lo que se encontraba en el mundo ideal. San Agustín consideraba a Dios como: la única verdad, el todo, la perfección. Las ideas eran importantes porque de ahí venía todo lo que existía, pero no se encontraban en un mundo de las ideas, como en la filosofía platónica, sino en la mente de Dios.

La caída

Cuando Dios creó al universo y a todos los seres, animados e inanimados, decidió crear al hombre que sería a imagen y semejanza suya. Después de que Adán y Eva comieran del árbol del conocimiento, prohibido por Dios, fueron castigados y enviados al mundo terrenal en donde tendrían que sufrir. En el mundo terrenal el hombre debía de hacer la voluntad de Dios para librarse del cuerpo terrenal y poder regresar al paraíso o como San Agustín lo conocía, la ciudad de Dios.

El cuerpo y el alma

El alma era inmortal (mientras Dios así lo quiera) pero sufría al unirse al cuerpo mortal. Cuando el alma se liberaba del cuerpo era pura y podía regresar al paraíso, donde sólo podían entrar almas puras, pero no siempre ésta tenía la posibilidad de liberararse del cuerpo terrenal:

Se dice inmortal [el alma] porque nunca deja de vivir y sentir, y el cuerpo por eso es mortal, porque puede faltarle totalmente la vida, y por sí mismo no puede vivir de modo alguno. Así que la muerte del alma sucede cuando la desampara el Señor, así como el cuerpo cuando deja el alma; por lo cual, la muerte del uno y del otro, esto es, de todo el hombre, sucede cuando el alma, desamparada de Dios, desampara al cuerpo; porque así ni ella vive con Dios, ni el cuerpo con ella.[14]

El alma debido al pecado de Adán tenía que vivir con un cuerpo que era corrupto y que cegaba su visión. Siguiendo la voluntad de Dios era como se salvaría.

La ciudad de Dios y la Ciudad terrenal

San Agustín utilizó la teoría del mundo de las ideas de Platón y la adaptó al cristianismo. El mundo de las ideas y el de las cosas de Platón serían la ciudad de Dios y la ciudad terrenal para San Agustín. Agustín habla sobre estas dos ciudades cuando Roma estaba en crisis, debido a un saqueó que hubo en esta ciudad en 410, y los cristianos fueron culpados por esto. San Agustín dijo que el problema no era el cristianismo, más bien era de la corrupción y la desviación del camino correcto (la fe y Dios) por parte del hombre por lo que Roma estaba siendo castigada. El cristianismo era la única guía para llegar a Dios y así a la ciudad de Dios. San Agustín explicó porqué todos estaban siendo castigados, incluso los cristianos:

¿Qué han padecido los cristianos en aquella común calamidad, que, considerando con imparcialidad, no les haya valido para mayor aprovechamiento suyo? Lo primero porque reflexionando con humildad los pecados por los cuales indignado Dios ha enviado al mundo tantas calamidades, aunque ellos estén distantes de ser pecaminosos, viciosos e impíos, con todo, no se tienen por exentos de toda culpa que pueda que puedan persuadirse no merecen la pena de las calamidades temporales.[15]

Conclusión

San Agustín, que fue un teólogo que sentó las bases del cristianismo. La influencia de su teología se baso en el platonismo y el neoplatonismo. En primer lugar, San Agustín consideraba que existía una ciudad de Dios y una ciudad terrenal, que sería como el mundo de las ideas y el de las cosas para Platón. En segundo lugar, el alma es dual y cuando se combina con un cuerpo (terrenal) sufre y tiene que encontrar el camino hacia Dios, en el caso de Platón hacia el mundo de las ideas. En tercer lugar, el alma es eterna, la diferencia es que Platón la consideraba como un principio y para San Agustín ésta emanaba de Dios, que era el principio y fin de todo. También, para Platón, Plotino y San Agustín, todo principio era eterno, en el caso de San Agustín, Dios era el principio. Otra gran influencia fue que la verdad no se puede conocer a través de los sentidos porque estos no muestran el mundo real; para San Agustín sólo se conoce la verdad a través de la fe. Una influencia más fue que Dios es todo para San Agustín como el Uno era para Plotino. Finalmente, los tres (Platón, Plotino y San Agustín) ven una dualidad en el hombre: un cuerpo y un alma, y el fin es alcanzar la divinidad.

La filosofía de Platón tenía mucha influencia y era muy conocida en el mundo helénico. San Agustín consideraba que platonismo y neoplatonismo eran las doctrinas antiguas con menos errores sobre la concepción del hombre, del mundo y de Dios. Sin embargo, los platónicos y neoplatónicos todavía no habían comprendido todo, por eso fueron considerados por Agustín como pre-cristianos. Un ejemplo, de la todavía mal interpretación de la verdad, es que para los platónicos el bien y el mal estaban en el mismo nivel, mientras que para San Agustín el bien tenía que ser superior al mal. San Agustín dio una nueva interpretación a estas doctrinas y las adaptó al cristianismo, que sería la nueva verdad. Esta nueva forma de pensamiento (platónico cristiano) existió hasta el siglo XII cuando Santo Tomás dio una nueva explicación teológica.


Bibliografía

Chávez C., Pedro. Historia de las doctrinas filosófica. México: Pearson, 1998.

Platón. Diálogos. México: Porrúa, 2007.

Plotino, Enéada VI. Copias.

San Agustín. Ciudad de Dios. México: Porrúa, 2006.

Vidal, José. Pensamiento antiguo y medieval. http://www.xtec.es/~jgonza51/ (acceso septiembre 28, 2007).



[1] Platón, “La República o de lo justo” en Diálogos. (México: Porrúa, 2007), p. 159.

[2] Se desarrollo hasta el siglo IV en Grecia y hasta el siglo VIII en Roma. En esta etapa se constituye la base del corpus doctrinal del cristianismo. Lo más importante es dar a conocer la doctrina y combatir a la herejía. Los autores principales serán los llamados Padres de la Iglesia. Estos hicieron obras para exponer al cristianismo.

[3] Platón. Op. cit. p.155.

[4] José Vidal, “Pensamiento antiguo y medieval” en http://www.xtec.es/~jgonza51/ (acceso septiembre 28, 2007).

[5] Platón, “Fedro o del amor” en Diálogos. (México: Porrúa, 2007), p. 265.

[6] Ibid. p. 266.

[7] Platón, “La República o de lo justo” en Diálogos. (México: Porrúa, 2007), p. 239.

[8] Plotino, “Sobre el bien o el Uno” en Enéada VI. Copias. p.1.

[9] Idem.

[10] Idem.

[11] Era un culto pagano, desde el punto de vista cristiano, que creía en el dualismo: separando así, el bien y el mal. Los maniqueos creen que el espíritu humano es de Dios pero el cuerpo es del demonio. El espíritu se encuentra atrapado en el cuerpo y el espíritu tendrá que liberarse del cuerpo. El maniqueísmo niega la responsabilidad por males cometidos ya que no son producto de la libre voluntad, más bien del dominio del mal sobre la vida.

[12] Influyó mucho su madre, Santa Mónica, para que Agustín se convirtiera al cristianismo al mandarlo con el arzobispo Ambrosio de Milán. Agustín se convenció después de mucho pensar que el sólo el cristianismo nos podía llevar a la verdad.

[13] Pedro Chávez, “El cristianismo” en Historia de las doctrinas filosófica. ( México: PEARSON, 1998), p. 92.

[14] San Agustín, “La muerte, pena del pecado de Adán” en La ciudad de Dios. (México: Porrúa, 2006), p. 343.

[15] San Agustín. “La devastación de Roma no fue castigo de los dioses debido al Cristianismo” en La ciudad de Dios. (México: Porrúa, 2006), p. 10.

Intervenciones humanitarias: el caso de Ruanda

Por Joel Cruz Cotero

“The international community […] must bear its share of responsibility for this tragedy […]. We did not act quickly enough after killing began […] we did not immediately call this crimes by their rightful name, genocide.”

Bill Clinton

En abril de 1994 se desarrollo una de las matanzas más sangrientas en la historia del mundo. La milicia hutu intentó aniquilar a los tutsis. El terror se expandía por las calles mientras los tutsis intentaban refugiarse en iglesias, escuelas u hospitales, en cualquier lugar donde se vieran las banderas de la Organización de las Naciones Unidad (onu). Afuera hutus amenazaba con machetes y granadas. La comida y el medicamento escaseaban y las viviendas de los tutsis eran destruidas. Los cascos azules de la onu (soldados pacifistas de la onu) además de tener un descontrol de la situación, eran muy pocos y no podían defender a todas las victimas. Bélgica en vez de mandar más tropas a su antigua colonia, retiraría a los pocos soldados que había mandado. Los soldados franceses más que ayudar a los civiles tutsis sólo se preocuparon por sacar a sus nacionales. La ayuda por parte de los países extranjeros fue saliendo del territorio para al final dejar solos a los tutsis en las manos de los hutus. La limpieza étnica era el objetivo hutu, no debía sobrevivir ni un solo tutsi. El resultado final fue el genocidio. El propósito de este ensayo es analizar qué tan necesario era una rápida intervención humanitaria y qué pudo haber evitado los crímenes contra la humanidad cometidos en este pequeño territorio africano.

Las crisis e intervenciones humanitarias

Las crisis humanitarias son principalmente problemas comunales o étnicos. Estos problemas se dan principalmente en países que están buscando la definición de su nacionalidad, en cierto modo son pre-Estados. Desde 1945 han existido más crisis humanitarias que nunca y se han desarrollado en los Estados más débiles. En las crisis humanitarias, los Estados fuertes deberían ser los responsables de mantener la paz. “Los Estados fuertes son ingredientes esenciales para la paz dentro y entre las naciones”[1]. Las intervenciones humanitarias es un tipo de “guerra” para contrarrestar las crisis humanitarias. La intervención humanitaria se puede definir de la siguiente manera:

“Intervención militar sin ser solicitada en los asuntos internos de otro país con la principal intención de aliviar el sufrimiento de algunos o todos dentro de sus fronteras.”[2]

“La intención de la intervención humanitaria es detener el crecimiento y desarrollo de la violación de los derechos humanos dentro de un Estado; y por esa razón tradicionalmente se ha dirigido en contra de la autoridad con el control del país.”[3]

Las intervenciones humanitarias han tenido un desarrollo mucho más grande desde el fin de la Guerra Fría. Además con las intervenciones humanitarias han cambiado el paradigma del Estado Moderno, en las intervenciones humanitarias la soberanía de los países, que es uno de los principios del Estado Moderno, es violada. Sin embargo, esta soberanía no puede ser violada por gusto de los otros países, tiene que existir legitimidad y esta es la protección de los derechos humanos que han sido violados por el régimen de un Estado.

La onu y las dificultades para lograr intervenciones humanitarias

La visión de la onu al terminar la Segunda Guerra Mundial era evitar las intervenciones de cualquier país a otro país con el propósito de empezar otra guerra como la recién terminada. Pero después de la Guerra Fría, con las crisis humanitarias dentro de los Estados, el principio de intervención se puso en duda. Un nuevo tipo de guerra se empezó a desarrollar después de la guerra fría y ésta es la intervención humanitaria. El propósito principal de ésta es evitar genocidios y limpiezas étnicas. La crudeza de estos actos causó acrecentar el interés de la comunidad mundial, la prensa mundial y así crear un debate político.

En el Consejo de Seguridad de la onu es donde se llevan a cabo las discusiones sobre las intervenciones humanitarias. Sin embargo, es muy difícil que todos los miembros se este organismo se pongan de acuerdo en qué es lo mejor en las distintas situaciones que se observan alrededor del mundo. Por esta razón muchas veces la respuesta ha sido inadecuada, tardada y no se han evitado algunos crímenes contra la humanidad como se puede apreciar claramente en Ruanda. En el debate, se han desarrollado muchas preguntas difíciles de responder sobre la responsabilidad moral, los intereses estratégicos, la mejor forma de intervenir y la naturaleza del Estado moderno. Uno de los puntos más importantes en este debate es qué tanto pueden otros Estados intervenir en los conflictos de otro Estado violando así su derecho a la autodeterminación. Si el objetivo principal de la onu es mantener la paz mundial ¿intervenir en un Estado no causa conflictos entre distintos Estados? ¿No es también importante el respeto de los derechos humanos para mantener una armonía? Estas son preguntas difíciles y lo único que ha causado la falta de acuerdos políticos ha hecho más ineficiente la aplicación de ésta en los asustos internacionales.

Es muy difícil para la onu y para los Estados saber en qué casos se debería de realizar una intervención humanitaria. Influye mucho la legalidad y la ética del acto. ¿Por qué si era aceptable en Ruanda o en Yugoslavia y no en Iraq? El hecho de que hubiera un intento de limpieza racial en Ruanda y Yugoslavia le da más valor moral. Mientras que en el caso de Iraq a pesar de que pudo haber sido legal, si se hubiera aceptado la intervención humanitaria en el Consejo de Seguridad, no habría sido ética para algunos Estados, no existía para éstos una causa necesaria para la entrada violenta de la comunidad internacional. De nuevo la ética será vista distinta desde los diversos puntos de vista de los Estados que difieren debido a su política interna y su cultura. Mientras la intervención de Iraq fue ética ya que Saddam Hussein atentaba contra los valores democráticos occidentales para otros no era ético intervenir de manera violenta en los asuntos internos de un país.

Las normas que existen son también muy importantes para la realización de intervenciones humanitarias. La transformación y la interpretación de éstas pueden o no dar legitimidad a una acción. Durante la Guerra Fría, el abuso de los derechos humanos ni siquiera era considerado como un motivo para la intervención militar en un país, se puede apreciar en el caso del Chile de Pinochet. Sin embargo, a partir de la década de los noventa, la interpretación de Consejo de Seguridad sobre la amenaza de la paz y seguridad internacional se extendió, ahora incluiría los abusos contra derechos humanos.

Durante la Guerra Fría se creía que la onu no era muy exitosa por las disputas que existían entre los Estados Unidos de América (eua) y la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (urss). No podía ser el moderador de los conflictos internacionales por la bipolaridad del mundo. Una vez terminada la Guerra Fría se pudo observar que la onu en realidad no era eficiente y esta vez no se le podría atribuir al conflicto entre las potencias mundiales. A pesar de que a principios de los noventa tuvo algunos “éxitos”, como el caso del cese al fuego entre Iraq e Irán, existieron más tarde problemas que no pudo solucionar e incluso su entrada ocasiono el agravamiento de éstos. Las expectativas que se tienen de la onu son en realidad muy grandes en comparación con lo que el organismo puede realizar. La ineficiencia y debilidad de la onu también, debido a que muchas veces los Estados traban los procesos de la onu poniendo primero sus intereses, ocasiona que la política mundial sea poco eficiente. Por eso no siempre pueden realizar las justas y necesarias intervenciones humanitarias.

La onu enfrenta tres dificultades principales para responder a las intervenciones humanitarias. La primera es la dificultad conceptual, es difícil saber si un conflicto doméstico puede tener consecuencias internacionales. La segunda es la dificultad política, es muy difícil que todos los miembros se pongan de acuerdo sobre la necesidad de las intervenciones, influye mucho la cultura y la política interna de los Estados miembros en sus decisiones al momento de participar en los foros de la onu; además, es muy conflictivo lograr que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, todos con derecho a veto, acepten la intervención (todos) ya que cada miembro tiene distintos valores e intereses. La tercer es la dificultad para tener recursos, no todos los Estados están dispuestos a ofrecer los mismos recurso, un Estado que no esta a favor de una intervención, no va aportar a la causa dinero, también el problema es quién va a hacer el trabajo, tienen que ser soldados, pero será también de acuerdo a los intereses de los Estados la cantidad de soldados que se mandarán.

Los antecedentes y las causas del genocidio en Ruanda

Durante cientos de años hutus y tutsis[4] convivieron en el territorio conocido hoy en día como Ruanda. Además del territorio en común, hutus y tutsis han compartido lenguaje y religión. Existían distinciones entre ambas etnias pero no eran causa de conflicto. Sin embargo, en las últimas décadas las diferencias entre ambos grupos se resaltaron más, ocasionadas por la lucha del poder en el pequeño país africano. Esto provocó un mayor odio entre ambos grupos y una radicalización de las relaciones. Según algunos historiadores, el conflicto étnico empezó cuando Ruanda fue colonizado por Alemania y más tarde por Bélgica, cuando los europeos le concedieron el dominio político a los tutsis[5], ya que estos veían como superiores al los tutsis. Los tutsis empezaron a oprimir a los hutus y es en este periodo donde se empezaron a crear las identidades étnicas y los odios hacia el otro grupo étnico.

En los años cincuenta se empezó a expandir por África las ideas de descolonización y éstas fueron atractivas para los tutsis. Los belgas cambiaron de aliados y decidieron apoyar ahora a los hutus, lo que ocasionó que los tutsis desearan más su independencia, y así conservar el poder. Cuando Ruanda obtuvo su independencia en 1962, el poder quedó a manos unos hutus con ideologías racistas que oprimieron a los tutsis como medio de venganza por las injusticias de los tutsis que habían cometido durante siglos. El resultado fue la migración de los tutsis hacia los países vecinos y la baja de su población En el periodo de 1962 a 1973 la población tutsi se redujo de 17 al 9 por ciento. En 1973 Juvénal Habyarimana[6] se convirtió en el presidente de Ruanda, durante su gobierno, debido a su mayor moderación, hubo estabilidad política y crecimiento económico. Habyarimana detuvo las agresiones contra los tutsis pero no dejó que los refugiados tutsis regresaran a Ruanda, todo con el fin de mantener el equilibrio político. En los últimos dos años de su mandato fue presionado por las potencias extranjeras para hacer reformas en Ruanda con el fin de convertir a Ruanda en una democracia.

Refugiados tutsis en Uganda[7] decidieron el 1 de octubre de 1990 invadir Ruanda Los tutsis en Uganda habían adquirido una gran importancia en el ejército, ya que habían ayudado a ascender al poder a Yoweri Museveni, es de aquí donde obtuvieron el entrenamiento y el armamento para la invasión de Ruanda. La respuesta de Habyarimana, junto con los gobiernos de Bélgica, Francia[8] y Zaire, fue violenta para controlar a los tutsis rebeldes. Los tutsis, después de mucho tiempo, habían podido tener por primera vez influencia en el gobierno hutu, su meta era recuperar el poder, al mismo tiempo los hutus empezaron a verlos como un problema y algunos grupos de hutus radicales buscaron la eliminación de los tutsis. El miedo étnico había crecido tanto en los hutus como en los tutsis y los nacionalismos eran cada vez más fuertes y radicales. El 6 de abril de 1994, Habyarimana fue asesinada, inmediatamente los hutus fundamentalistas culparon a los tutsis del magnicidio. Horas más tardes los hutus habían empezado la matanza de los tutsis, así como de la oposición política tanto hutu como tutsi.

El genocidio en Ruanda fue causado evidentemente por los conflictos étnicos entre los hutus y los tutsis. Sin embargo, no habría pasado nada sino hubiera sido por la cantidad que llegaron a manejar ambos grupos. En el periodo de Post-Guerra Fría el libre mercado se expandió en todo el mundo. En este libre mercado la venta y compra de armas aumentó y en países pobres como Ruanda podían adquirir fácilmente armas a un precio económico debido a que el precio bajaba constantemente por el aumento de la demanda. Antes de la caída del socialismo, los hutus había sido entrenados militarmente por los belgas pero éstos no les había dado una gran cantidad de armas letales, pero más tarde más de una docena de países, como Estados Unidos (principalmente) y Francia, les vendieron armas tanto al gobierno hutu como a las guerrillas tutsis.

Las potencias mundiales y el fracaso de Ruanda

Para realizar una intervención humanitaria los Estados (las potencias principalmente) deben tener interés en participar. Por lo general, no existe mucho interés en intervenir en los países débiles y sin muchas conexiones con el mundo Occidental. Por desgracia, al momento del genocidio en Ruanda, los intereses de la potencias no se dirigían mucho hacia África, no habían nada que ganar o perder. Además Estados Unidos acaba hacer intervención militar fallida en Somalia donde solamente perdería más apoyo nacional e internacional y además había ocasionado era el desprecio de los somalíes. Estados Unidos no tenías realmente razones para realizar ninguna acción en África.

Antes del genocidio, la onu había mandado a fuerzas de mantenimiento de paz para evitar conflictos en la transición a la democracia, ya que en donde se dan estos procesos hay rebeliones y protestas. Llegaron de Bélgica, Bangladesh y Ghana y estaban bajo el mando del general Roméo Dallaire. Por desgracia los intereses de la onu y de sus organismos estaban en otros países como en la ex Yugoslavia, Mozambique y Georgia. Los operativos de la onu en Ruanda eran muy pocos y su objetivo era mantener la paz en Ruanda y no atacar a hutus o tutsis. Hay que recordar que las decisiones principales de la onu la tomas los Estados miembro y si un problema no les es relevante no se le toma mucho en cuenta. Además debido a los problemas que tiene la onu para crear una política en común es más difícil hacer una intervención adecuada y justa.

En Ruanda existieron también problemas de comunicación entre las embajadas y el unamir. Las embajadas no compartían la información sobre la situación de Ruanda con el unamir, lo que evitó que se elaborara un plan de acción en contra de cualquier atentado contra los derechos humanos. Las mejores inteligencias como la de Francia, Estados Unidos y Bélgica en Ruanda seguramente sabían sobre lo que podía ocurrir en África Central. Pero la información con la que contaban iba directo a sus países sin informar nada a la onu y al unamir. El general Dallaire alguna vez dijo: “Muchas de las potencias mundiales estaban todas ahí con sus embajadas y sus fuerzas militares. Y no me puedes decir que esos bastardos no tenían mucha información. Ellos nunca me pasarían esa información a mí, nunca”.[9]

Existen reportes elaborados antes del genocidio que informan sobre la violencia étnica, el transporte de armas hacia los diversos ejércitos y guerrillas; también hay algunas cartas en las que se hablaba ya del plan maquiavélico en contra de los tutsis. Debido a la falta de interés y de comunicación no se les dio mucha importancia. Además el general Dellaire había ya antes informado de las tensiones existentes en Ruanda, como por ejemplo: el entrenamiento militar de las tropas y guerrillas, informes de tráfico de armas y exterminios de poblaciones. El 13 de enero de 1994, Dallaire reveló esta información al Secretario de la onu y a los embajadores de Bélgica, Estados Unidos y Francia. No se recibió la respuesta adecuada.

Existía suficiente evidencia para saber que algo podría pasar pero no se había decido actuar por diversas causas. La primera sería que la información que se tenía, estaba incompleta. Por ejemplo, un fax llamado “fax del genocidio” informaba que 1700 personas eran las que podían realizar la limpieza étnica, las cuáles eran muy pocas para causar algo realmente grave, durante el genocidio todo fue distinto, las fuerzas eran veinte veces más grandes de lo esperado. La segunda fue que muchas advertencias no se veían muy creíbles. Por ejemplo el “fax del genocidio” fue considerado por la inteligencia Bélgica como F6[10]. La tercera sería la equivocación que se dio al confundir el inicio de una guerra civil y no un intento de una limpieza racial. Está causa tenía algunos motivos, había belgas que no querían que se llevaran a cabo el acuerdo Arusha[11] y con una guerra civil podrían lograr su objetivo. La cuarta sería que algunas alertas anteriores al genocidio sólo habían sido falsas alarmas, por qué las que fueron antes de la masacre podrían ser ciertas. Es cierto que en Ruanda ya se habían llevado exterminios tanto de hutus como de tutsis pero desde veinte años antes del genocidio de 1994 no habían existido actos tan violentos, las potencias y sus inteligencias no creyeron que algo pudiera suceder o al menos no quisieron creerlo.

Al final mientras Estados Unidos, Francia, Bélgica, la onu y la unamir (United Nations Assistance Mission for Rwanda por sus siglas en inglés) trataban de tapar el sol con un simple dedo, se les adelanto el plan de exterminio que al final resultó ser totalmente cierto. Al día siguiente de la muerte de Habyarimana, el 7 de abril de 1994, los hutus había empezado a matar a los tutsis y ya para el día 21 de abril ya habían aniquilado a 250,000 tutsis, esta es considerada la tasa de genocidio más rápida en la historia del mundo.

Los cascos azules de la onu no pudieron evitar la masacre por tres razones principales: la primera es que en realidad eran muy pocos y además los pocos que habían recibieron ordenes de sus países para evacuar Ruanda; la segunda era que su objetivo era simplemente proteger y no atacar, y la tercera es que no estaban capacitados para la situación que se presentó. Los tutsis al momento de la masacre quedaron indefensos, trataban de esconderse y si era posible huir mientras los hutus andaban por la calles matando a todo tutsi posible al mismo tiempo que gritaban poder hutu.

Hasta que se desarrollo el genocidio en Ruanda las potencias decidieron actuar, sólo hasta que paso algo grave vieron la importancia del conflicto que ya se había desarrollado desde tiempo atrás. Es importante mencionar que incluso ya iniciado los actos de violencia en Ruanda y antes de actuar en contra de los hutus, países del todo el mundo, al ver que estaban matando a las fuerzas del unamir, mandados por ellos, actuaron no para defender a los ruandeses, sino para sacar a sus nacionales y a sus tropas. La respuesta de países como Estados Unidos se dio hasta que las cifras de muertos, de tutsis principalmente, eran exageradas. Antes, Estados Unidos y los demás países, en realidad no le había puesto tanto interés a la región de África Central[12].

Por desgracia, cuando decidieron actuar ya era demasiado tarde. El presidente Clinton mando una intervención militar realista una vez que el genocidio se estaba llevando a cabo. La acción militar todavía pudo salvar a de unos 75 a 125 mil tutsis. No se puede negar que si hubieran existido muertes con una intervención meses antes, pero si se habría evitado el genocidio.

Conclusión

Las intervenciones humanitarias sirven para evitar el abuso de los derechos humanos y los genocidios pero en Ruanda no llegaron a tiempo para evitar tales. Los conflictos étnicos existen desde que Ruanda fue colonizada por los alemanes y más tarde por los belgas. Conforme fue pasando el tiempo se fueron agravando por la interminable lucha sin fin por obtener el poder y se llegó a tal grado de la amenaza de una limpieza étnica. Sin embargo la debilidad de la onu y el poco interés de los Estados en realizar una intervención en Ruanda hicieron más viable el desarrollo de uno de los genocidios más grandes de la historia. A pesar de la evidencia sobre los conflictos étnicos, el armamento de los ejércitos y rebeldes y sobre todo de una posible matanza étnica, el mundo no hizo caso del problema, ni siquiera se le ponía atención a la realidad del peligro. Todos se hicieron los ciegos y los sordos, creían que todo era una simple farsa y al final resultó que la profecía se había cumplido, la limpieza étnica estaba realmente planeada y se pensaba llevar a cabo.

A pesar del gran fracaso, el genocidio de Ruanda dejo algunas lecciones a la humanidad:

1. Cuando existen conflictos dentro de un país que pueden causar algún tipo de crimen no se puede tratar de evitar y pensar que se vive en un mundo feliz. Se debe tener imaginación para anticipar el comportamiento de los actores.

2. Los países de Occidente, al ser los más fuertes, deben de poner atención a los problemas que existen en los países en busca de una identidad y con conflictos étnicos. Debe utilizar la diplomacia y si es necesario intervenir militarmente cuando sea necesario, antes de que pase cualquier cosa.

3. La intervención humanitaria es realmente necesaria, La violencia, debido a la avanzada tecnología y a los bajos costos del armamento en el mercado, se puede expandir con mucha facilidad y rapidez. En una pocas semanas se puede lograr destrozar a toda una etnia.

4. Las intervenciones humanitarias tienen que ser más rápidas. Mientras más acelerado sea el movimiento de las tropas de los Estados que acuden a salvar vidas, más personas pueden ser salvadas. Llegar a África puede ser complicado, por eso más bases militares en África podrían hacer más ágil el proceso.

5. Es importante regular la venta y compra de armas. Si el armamento es económico, en los lugares donde existe cualquier tipo de conflicto se compraran más armas. Con esto la violencia se podrá aplicar con más facilidad y las consecuencias pueden ser graves, como en Ruanda.

6. Si Estados Unidos quiere se más efectivo en las intervenciones humanitarias, para que la potencia mundial sea la mediadora de los conflictos mundiales, tiene que crear un sistema para mandar más rápido sus tropas, además de que su inteligencia sea más eficiente y pueda detectar y actuar cuando es necesario.

7. Es necesario que las facciones estadounidenses se pongan de acurdo sobre la intervenciones militares. Si se quieren evitar genocidios y abusos contra los derechos humanos, son necesarias las intervenciones.

8. Las experiencias de los años noventa demuestran que aunque la comunidad internacional tenga la capacidad de intervenir en asuntos internos de un país no podrá evitar en muchas ocasiones que los problemas no tengan una solución, pero es responsabilidad de la comunidad mundial intervenir cuando sea necesario para minimizar los atentados contra la humanidad.

Todavía falta mucho por hacer para que las intervenciones humanitarias sean exitosas y cualquier abuso o crimen contra la humanidad pueda ser evitado. El ejemplo de Ruanda deja en claro que la soberanía de las naciones se no se podrá respetar cuando el Estado este abusando de los derechos de su población. La soberanía de los Estados es importante y debe ser respetada, pero siempre deberían ser primeros los derechos de la humanidad.
Bibliografía:

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Haaland M., Janne. Values and Weapons. Reino Unido: Palgrave, 2006.

Hendrickson David C. The Recovery of Internationalism. Foreign Affairs, vol. 73, núm. 5 (septiembre/octubre 1994): 26-43.

Kuperman, Alan J. The limits of Humanitarian Intervention: genocide in Rwuanda. Virginia: Brookings Institution Press, 2001.

Melvern, Linda. A people betrayed. The role of the West in Rwanda’s genocide. África del Sur: Zed Books, 2000.

Touval, Saadia. Why the U.N. Fails. Foreign Affairs, vol. 73, núm. 5 (septiembre/octubre 1994): 44-57.

Varios. International Intervention in the Post-Cold War World. Moral Responsibility and Power Politics. Estado Unidos: M.E. Sharpe, 2004


[1] Mark D. Evan, “Weak States, State Making, and Humanitarian Intervention” en International Intervention in the Post-Cold War World. Moral Responsibility and Power Politics, (Estados Unidos: M.E. Sharpe, 2004), pp. 105-106.

[2] Ibid., p. 110.

[3] Id.

[4] Siempre el grupo mayoritario ha sido el de los hutus.

[5] El objetivo de darles el poder a los tutsis era de tener un dominio indirecto de Ruanda utilizando a la antigua organización social en la que tutsis se encargaban de la administración y los hutus del trabajo, agrícola principalmente.

[6] Juvénal Habyarimana era de origen hutu

[7] País vecino de Ruanda

[8] Francia quería ser la principal influencia en África Central

[9] Alan J. Kuperman, “Early Warning and Preventive Intervention” en The limits of Humanitarian Intervention: genocide in Rwuanda, (Virginia: Brookings Institution Press, 2001), p. 101.

[10] La menor fiabilidad

[11] Acuerdos cuyo objetivo era la transición hacia la democracia en Ruanda

[12] Ruanda pertenece a esta región

¿Qué cambios necesita el sistema presidencial?

Joel Cruz Cotero

Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE)

Si hay que cambiar las reglas, cambiemos las reglas, hagámoslo para adecuarlas a los nuevos tiempos que vivimos.

Felipe Calderón Hinojosa

Desde ya hace tiempo existen algunas reformas que son necesarias para poder cambiar la Constitución mexicana. Nuestra Constitución fue escrita en 1917, pero existe un problema fundamental: no representa el contexto del país. Ernesto Garzón dice en su ensayo Estado de derecho y democracia en América latina lo siguiente:

No es muy osado afirmar que con respecto al ordenamiento constitucional existe en América Latina una actitud que difícilmente podría ser calificada de coherente. En efecto, mientras que por una parte se profesa una enorme fe en la Constitución como factor de ordenamiento democrática, por otra se tiene también clara conciencia de la notoria divergencia que existe entre lo constitucionalmente prescrito y la realidad político social.[1]

Y debido a que en México la Constitución no es el reflejo de la realidad político-social es necesario adaptarla a las condiciones reales.

Lo ideal sería cambiar la Constitución por una nueva, pero debido a la gran problemática existente ocasionada por el reciente fortalecimiento del Congreso de la Unión, esto no se podrá, pero al menos hay algunas reformas se deben llevar a cabo. Sólo se mencionarán cuatro, aunque existen muchas más. En primer lugar, tenemos la reforma electoral; aunque ya se ha avanzado en ese respecto todavía falta trabajo. Su principal objetivo es evitar los conflictos que se presentaron en las elecciones de 2006. En segundo lugar, está la reforma fiscal, ya que los recursos del Estado van a disminuir caóticamente debido al agotamiento de los recursos naturales del país, principalmente el petróleo. La tercera reforma tiene que ser la energética, y sería por la misma razón de la anterior: los recursos se están terminando y se tiene que buscar una mejor manera de manejarlos. Por último, tenemos la reforma educativa, ya que la educación en México es muy deficiente y ésta es cada vez más notoria la diferencia entre las escuelas privadas y las públicas. Para este ensayo sólo se evaluaran sólo algunos cambios necesarios en el sistema político. La hipótesis será: el sistema presidencialista mexicano es ineficiente y no está adaptado a la actual realidad político-social; por lo tanto, es necesario reformar la Constitución para que se adecue a las condiciones del país.

La hostilidad en las elecciones presidenciales

Gabriel Negretto, profesor investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en el último número de la revista Política y Gobierno escribió lo siguiente referente a la reforma electoral:

[…] una de las condiciones necesarias para la reforma electoral ya se ha dado, a saber, la sensación compartida, tanto entre las elites políticas como entre la ciudadanía, de que el sistema electoral vigente de algún modo ha fracasado.[2]

En México el cargo de Presidente sólo lo puede ocupar una persona, por lo tanto la elección presidencial tiene una gran importancia. El candidato ganador es el que se lleva todo y tendrá el control absoluto del Ejecutivo por el periodo establecido de seis años. En el artículo 80° de la Constitución se menciona: “Se deposita el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo de la unión en un solo individuo, que se denominará ‹‹Presidente de los Estados Unidos Mexicanos››.”[3] Juan Linz, uno de los grandes críticos del sistema presidencialista, dice sobre las elecciones presidenciales lo siguiente:

En una elección presidencial, sea cual sea la pluralidad alcanzada, el candidato victorioso gana todo el ejecutivo, mientras que un líder que aspire a ser primer ministro cuyo partido gane menos de un 51 por ciento de los escaños no puede formar un gobierno que no sea de coalición, mientras que un Presidente con el mismo voto sí puede.[4]

Debido a que el premio del juego es muy grande y sólo existe un ganador, en las elecciones presidenciales se arriesga todo y se pelea agresivamente para obtener el cargo. El perdedor no se lleva absolutamente nada y, aunque esto es legal, en realidad no es del todo justo.

En las elecciones de 2006, la contienda estuvo muy cerrada. El candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón Hinojosa, obtuvo 35.89% de los votos; mientras que el candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, obtuvo 35.31%[5]. La diferencia fue de 0.58% del electorado que representa a menos de 250 mil electores de los casi 42 millones. A pesar de la cercanía de los resultados Calderón fue el triunfador y obtuvo el derecho representar a todos los mexicanos.

Como se mencionó antes, es muy difícil terminar con el sistema presidencialista (aunque con un fuerte Congreso) de manera radical para introducir un sistema parlamentarista. Para hacer ese cambio se necesitaría cambiar todo el sistema político lo que crearía algunos problemas. Sin embargo, se puede reformar el régimen presidencialista. Para disminuir la discordia electoral hay varias propuestas.

La primera, es establecer una segunda vuelta al proceso electoral. Esto con el objeto de evitar que las elecciones cerradas sean tan conflictivas como las que se llevaron a cabo en 2006. Joseph Colomer en su trabajo Reflexiones sobre la reforma política en México menciona sobre México y las elecciones lo siguiente:

México es uno de los poquísimos países en América Latina en que todavía se usa la regla de la mayoría relativa simple para la elección del Presidente de la República. (…) La regla de la mayoría relativa simple produce con notable frecuencia ganadores que cuentan con un apoyo social minoritario y que son vulnerables a la formación de una mayoría política de oposición, lo cual puede dificultar la gobernación y suscitar conflictos políticos y sociales.[6]

De esta forma, sólo se le podría considerar ganador al que obtuviera la mayoría absoluta y no sólo la primera minoría. Además los ciudadanos en la primera ronda podrían votar por el candidato de su elección y no utilizar el voto útil.

Una forma para evitar la derrota absoluta en una elección presidencial sería buscar la manera de controlar el gabinete presidencial, y aunque éste no tendría que ser elegido por el Congreso, si podría ser aprobado por éste. Por supuesto, la oposición no obtendría más control sobre el gabinete pero al menos se le permitiría participar más en la administración del presidente en turno. Si existe presión sobre la designación del gabinete, el Presidente podría negociar la aprobación del gabinete que desea posiblemente a cambio de la participación de algún miembro de la oposición en su equipo.

Los periodos fijos del Presidente y del Congreso

En México, tanto el Presidente como los Legisladores son electos por un periodo fijo. El presidencial y el de la Cámara de Senadores es de seis años mientras que el de la Cámara de Diputados es de tres. Juan Linz menciona sobre las elecciones por periodos rígidos lo siguiente:

Los Presidentes son elegidos por un periodo de tiempo que, bajo circunstancias normales, no se puede modificar: no puede acortarse y, debido a disposiciones que impiden la reelección, algunas veces no puede prolongarse.[7]

Seis años en realidad es un periodo muy largo. Si el presidente es bueno no hay problema, pero si el presidente es malo no se podrá remover y se tendrá que esperar a que termine su largo mandato para que se pueda elegir a uno nuevo.

Por eso el periodo presidencial se debería acortar a tres o cuatro años para evitar que un mal gobernante no esté en el poder por mucho tiempo. El mejor ejemplo es el del antiguo presidente, Vicente Fox, aunque empezó con un gran apoyo popular, a mitad de su sexenio ya muchos querían cambiarlo. No era el presidente que los mexicanos esperaban pero no se pudo removerlo hasta que termino su sexenio. Con un periodo más corto Fox habría salido dos o tres años antes y se habría podido empezar desde antes un nuevo proyecto.

El problema de reducir el periodo presidencial sería que aparecería otro nuevo. Si existe un buen gobernante no podría terminar con su proyecto de trabajo en tres o cuatro años y dado que en México no existe la reelección, quedaría truncada su labor. La reelección permitiría que pudiera continuar por uno o dos periodos más y de esta manera permitirle, a un buen presidente, continuar. En México por desgracia existe una idea de que la reelección es mala; esto se debe al ideario antiporfirista de los revolucionarios que influyó mucho en el pensamiento de la sociedad mexicana del siglo pasado. Dado que el general Porfirio Díaz había estado siete periodos presidenciales completos y un octavo incompleto había logrado ser presidente por treinta y un años, existe la idea de que si la reelección se repetiría la historia. En el ensayo Porfirio Díaz: del infierno al purgatorio se menciona sobre la mala imagen de Díaz lo siguiente:

La idea de la dictadura, el favoritismo a la elite, la venta del país al extranjero, la traición al liberalismo y el abuso de poder, sólo fueron utilizados después de la caída del Porfirio Díaz en 1911 por los revolucionarios. Así nació el “antiporfirismo”, el fin era rechazar el régimen de Díaz y desde entonces hasta la actualidad se ha tratado de dar a conocer la visión “antiporfirista” de Díaz, el problema es que algunas de sus afirmaciones se han exagerado y tergiversado.[8]

Es cierto que el mal uso de la reelección puede hacer que los presidentes lleguen a abusar del poder que se les ha otorgado. Sin embargo, permite la continuidad que muchas veces es necesaria. Un proyecto para un país difícilmente se podrá llevar a cabo completamente en tres, cuatro o incluso seis años. La reelección es necesaria en México y al mismo tiempo es importante que esté regulada para evitar su abuso. Una vez instaurada la reelección se tendrá que establecer un número máximo de periodos para reelegirse, y será fundamental que se ponga rigidez para cambiar el uso del mismo. Los términos tendrían que ser impuestos por el Congreso, que a su vez debería ser el único organismo capaz de modificar el sistema de reelección con el objetivo de que el ejecutivo no pueda influir en éste para su propio beneficio. La reforma para cambiar la reelección deberá tener términos muy rígidos y para evitar malas interpretaciones deberá estar expreso en la Constitución.

La reelección también sirve para darles incentivos a trabajar bien a los legisladores y al presidente a cambio de que se les permita continuar con su puesto durante más tiempo. Un presidente o un congresista podría rendir cuentas si existiera la reelección. Cuando no existe la reelección, como hoy en día en nuestro país, cuando los servidores terminan su periodo no tienen que rendir cuentas a nadie, y en el caso del presidente nuevo se puede deslindar de su antecesor, incluso aunque los dos pertenezcan al mismo partido. En cambio con la reelección, los ciudadanos podrían darle la oportunidad a un servidor público de continuar de acuerdo con su trabajo en su periodo anterior.

En este sentido sería bueno elaborar dos reformas. La primera sería para reducir el tiempo que dura un periodo presidencial con el objetivo de evitar la prolongación de los malos e ineficientes gobiernos y así empezar con un mejor proyecto antes. La segunda es el establecimiento de la elección continua a los congresistas, al presidente de la República y también a los gobernadores y presidentes municipales. El fin sería darle continuidad a sus respectivos planes de trabajo cuando estén dando resultados y sean bien vistos por los ciudadanos mexicanos.

El Ejecutivo y el Legislativo en el sistema presidencialista y las elecciones

La división de poderes existe en casi todo el mundo. Con la división de poderes las diversas funciones de un Estado están a cargo de sólo un órgano u organismo. Los poderes que conforman al Estado moderno se vigilan y controlan entre sí, la razón es que ningún poder llegue a monopolizar el poder y la política. Montesquieu en su obra maestra, El espíritu de las leyes, menciona los peligros sobre el control absoluto del poder y sobre la necesidad de la división de poderes:

Cuando el poder legislativo y el poder ejecutivo se reúnen en la misma persona o el mismo cuerpo, no hay libertad; falta la confianza, porque puede temerse que el monarca o el Senado hagan leyes tiránicas y las ejecuten ellos mismo tiránicamente.

No hay libertad si el poder de juzgar no esta bien deslindado del legislativo y del poder ejecutivo. Si no está separado del poder legislativo, se podría disponer arbitrariamente de la libertad y de vida de los ciudadanos; como que el juez sería legislador. Si no está separado del poder ejecutivo, el juez podría tener la fuerza de un opresor.[9]

En México existe la división de poderes. Esto se puede apreciar en el artículo 49 de la Constitución: “El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.”[10]

La división de poderes es importante pero el excesivo fortalecimiento de un poder debilitará y no permitirá hacer plenamente el trabajo de los otros poderes. En el caso de México el Poder Legislativo ha adquirido tanto poder que no ha permitido dejar trabajar adecuadamente al Poder Ejecutivo. Este cambio se dio en 1997 cuando por primera vez la cámara de diputados dejó de ser controlada por el partido del presidente, el PRI. Por primera vez desde su aparición había perdido la mayoría absoluta en la Cámara de diputados. María Amparo Casar en su documento de trabajo Los gobiernos sin mayoría en México: 1997-2006 menciona que el comportamiento del presidente y del parlamento dependerá del poder del partido oficial y de los de oposición:

La posición relativa del partido del presidente en el Congreso vis a vis las fuerzas políticas de oposición, el número de partidos y de grupos parlamentarios presentes en las cámaras y la distribución del poder político local son variables determinantes para explicar el comportamiento del poder ejecutivo, de las fracciones parlamentarias y de la relación entre ambos.[11]

Muchas veces es necesario el control por parte del Poder legislativo del presidente para que no llegue a abusar del poder que tiene. Pero cuando es el Congreso quien tiene el poder y los congresistas no se pueden poner de acuerdo, sería bueno que el presidente pudiera recobrar parte del poder que antes tenía para que la política pueda ejercerse adecuadamente. En México, desde 1997, el poder y las decisiones se toman en el Congreso de la Unión. De hecho el mandatario mexicano es de los presidentes más débiles de América latina, según el politólogo mexicano Benito Nacif:

The comparative study of the constitutional powers of chief executives in presidential regimes shows that the Mexican president is one of the least powerful in Latin America. The constitutional instruments of the Mexican president to induce congressional action and mold policy outcomes are limited in comparison to other presidential regimes.[12]

El problema es que al no ponerse de acuerdo los legisladores, el avance de la política en México es muy lento. Sabiendo el problema podríamos saber cuál es su origen. El problema es el control absoluto por parte de la oposición del partido del presidente. El origen de este problema en México es que existen tres fuerzas políticas relevantes: el PAN, el Partido Revolucionario Institucional (desde aquí PRI) y el PRD. Aunque las elecciones presidenciales las gane cualquiera de los tres partidos, la mayoría absoluta en el Congreso será de la oposición al partido del presidente. El sistema tripartidista mexicano tiene otro problema que hace más rígida la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo. Los principales partidos políticos en México son muy disciplinados, es decir cuando hay una decisión a tomar, por lo general, todo el partido opta por la misma opción, generalmente es la elección de los líderes del partido.

Para que el Presidente pueda trabajar adecuadamente es indispensable contar con la aprobación de la mayoría de los Legisladores. Existen varias fórmulas con las que el Congreso y el Presidente podrían tener un mejor desempeño, como es el caso de la mayoría absoluta en el Congreso del partido político del Presidente –generalmente esto se da en los bipartidismos– o una coalición de partidos políticos con ideas similares dentro de un multipartidismo. Ambas opciones son casi imposibles pero si se quiere un gobierno estable capaz de crear políticas que hagan avanzar al país será necesario que el Estado tienda a ir hacia una de las dos opciones anteriores.

Con un sistema multipartidista el presidente podría llegar a su cargo por medio de una coalición que en un momento dado podría darle el control de la mayoría de los legisladores en el Congreso con lo que podría realizar su trabajo sin muchos obstáculos y en el momento que llegará a abusar de su poder se podría romper está coalición y esta vez fortalecerse el grupo de oposición al o a los partidos que apoyan al presidente. El sistema multipartidista sería mucho más fácil realizarse desde adentro del Estado, es decir cambiando la Constitución para que permita el fortalecimiento de los partidos pequeños o la creación de nuevos partidos políticos.

La segunda opción, el sistema bipartidista, permitiría que al momento en que el presidente, sea de cualquier partido, obtenga el cargo también su partido obtenga mayoría en el Parlamento. Así podría ejecutar sin trabas. Pero suponiendo que no es bueno su trabajo necesitará algunos obstáculos, a mitad de su mandato el Congreso se renovaría y la gente podría votar por el partido de oposición con lo que el presidente perdería parte de su poder. El sistema bipartidista no sería tan fácil realizarse dentro del Estado ya que los partidos políticos fuertes no van a realizar una reforma constitucional para que un partido se debilite, por eso es más fácil hacer este cambio desde afuera, es decir, que sean los votantes los que debiliten a un partido, pero para esto sería necesario que tuvieran conciencia de la importancia de esta acción.

Es difícil llegar a un bipartidismo o a un multipartidismo para crear un balance entre el poder del Legislativo y del Ejecutivo. Sin embargo, va a ser muy difícil lograr avances para el país y para los mexicanos si no se le permite al Ejecutivo ejercer sus funciones necesarias dentro del sistema republicano.

Conclusiones

Debido a la tradición de los últimos dos siglos de México sería algo difícil implantar un parlamentarismo como sistema político, sería ideal pero por el momento imposible. Por eso lo mejor es continuar con el presidencialismo. Sin embargo, el presidencialismo mexicano necesita ciertas modificaciones para hacerlo más eficiente. En primer lugar, para evitar problemas referentes a la elección directa y popular sería bueno instaurar la segunda vuelta y buscar hacer que el gabinete presidencial sea aprobado por el Congreso. En segundo lugar, para hacer menos rígido el periodo presidencial se podría reducir el periodo presidencial para que los malos gobernantes abandonen antes el poder; de la misma manera para que los servidores eficaces puedan ocupar por más tiempo el cargo convendría establecer una reelección continua con restricciones rígidas a la reforma de este término para evitar el abuso de poder. Finalmente, se debería reflexionar sobre el futuro del sistema de partidos. Sería conveniente tener un bipartidismo o un multipartidismo ya que el tripartidismo le está haciendo mucho daño a México. Los problemas que existen en el sistema político mexicano son muchísimos y no se puede analizar todo en un trabajo, pero si sería propio ver los cambios más urgentes. El país realmente requiere de éstos.

Referencias

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Poder Constituyente de 1917. Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. México: Instituto Federal Electoral, 2005.


[1] Ernesto Garzón V, “Estado de derecho y democracia en América Latina” Revista de Teoría y Filosofía del Derecho, núm. 14 (abril 2001), p. 34, http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/02405076436240507976613/isonomia14/isonomia14_02.pdf (acceso noviembre 29, 2007)

[2] Gabriel Negretto, “Propuesta para una reforma electoral en México” en Política y Gobierno, vol. XIV, no. 1 (primer semestre de 2007), p. 226.

[3] Artículo no. 80 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos.

[4] Juan J. Linz, “Democracia presidencial o parlamentaria. ¿Qué diferencia implica?” en La crisis del presidencialismo (España: Alianza Editorial, 1997), p. 46.

[5] Fuente: www.ife.org.mx

[6] Joseph M. Colomer, Reflexiones sobre la reforma política en México. (CIDE: México, 2001), p. 6.

[7] Juan J. Linz, op. cit., p. 37

[8] Joel Cruz C. Porfirio Díaz: del infierno al purgatorio. (documento no publicado), p. 1.

[9] Montesquieu, “De las leyes que forman la libertad política en sus relaciones con la Constitución”, en Del espíritu de las leyes. (México: Porrúa, 2007), p. 146.

[10] Artículo 49 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos.

[11] Ma. Amparo Casar, Los gobiernos sin mayoría en México: 1997-2006. (CIDE: México, 2007), p. 5.

[12] Benito Nacif, The fall of the Dominant Presidency: Lawmaking Under Divided Government in Mexico. (CIDE: México, 2006), p. 2.