Joel Cruz Cotero
@jcc986
El escape del Chapo y la mejor respuesta del Gobierno
El pasado 14 de julio de 2015 en México pasó lo imperdonable: Joaquín “El Chapo” Guzmán escapó por segunda vez de un penal de alta seguridad. Aunque este hecho fue algo extremadamente grave, no fue algo que sorprendió a los mexicanos. De hecho, el escape del Chapo fue tomado como un chiste y las burlas de los ciudadanos y críticos empezaron a circular a través de las redes sociales. A esto vino la respuesta oficial de la administración del Presidente Peña Nieto la que resultó nada creíble en donde se argumentó que el rey de las drogas mexicano había escapado del penal por un túnel de un kilometro y medio.
El gobierno de Peña nos volvió a contar a los mexicanos otro cuento chino. Nadie lo creyó y nos indignó (me atrevo a hablar por todos, incluyéndome a mí), y lo más impresionante fue la respuesta nula del gobierno. No es la primera vez que la administración de Enrique Peña no ha hecho nada: simplemente durante su sexenio se han acumulado una serie de escándalos y crisis como han sido los casos de Tlatlaya y de Ayotzinapa, así como las controvertidas compraventas de las casas por parte de la primera dama, Angélica Rivera, y el secretarios de Hacienda, Luis Videgaray; y a el equipo del presidente se le ha bautizado como el gabinete inamovible.
El juego y la apuesta al olvido por parte del gobierno
Si se analiza esta dinámica desde el punto de vista de económico, utilizando la teoría de juegos, en donde los jugadores son el Presidente y su equipo, la oposición y los ciudadanos, se puede llegar a la conclusión de que la situación actual que vive México, es un equilibro lógico. Por un lado, se tiene un gobierno que no rinde cuentas, que no hace nada ante la falta de un estado de derecho y que vive en una crisis de gobernabilidad. Sin embargo, bien podría tratar de reparar estas fallas al cambiar a los tomadores de decisión (gabinete) o cambiar la agenda del país, no obstante, decideno hacer nada porque obtiene más beneficios al mantener el status-quo. La razón principal es porque los otros jugadores no le han generado los incentivos adecuados para que la administración del Presidente Peña pierda más en el status-quo que ante un cambio.
En primer lugar, los partidos de oposición (PAN, PRD y otros) aunque oficialmente se han quejado constantemente de los actos de la actual administración, no parece que hayan realizado esfuerzos para exigirles una correcta rendición de cuentas. En las pasadas elecciones se vio que la oposición no hizo mucho por exigirle al partido en el poder (PRI) y a su principal aliado electoral y de gobierno (PVEM): el PVEM violó la ley electoral un sinfín de veces, seguramente en muchos lugares rebasaron el tope de campaña, por no decir que nunca le dio prioridad a temas como la Casa Blanca o Ayotzinapa (que debieron haber sido relevantes en las campañas). ¿Por qué se comportaron así? Seguramente no tienen el derecho moral para hacerlo (tampoco cuentan con mucha credibilidad), no se han logrado coordinar las distintas fuerzas opositoras, y probablemente muchos opositores se han coludido con el gobierno.
En segundo lugar, están los ciudadanos. Como ya lo mencioné, a muchos nos ha indignado el papel y la actitud del gobierno en turno. Y ¿Por qué no hemos generado los incentivos para que el gobierno rinda cuentas adecuadamente? Nuevamente existe el gran problema de la coordinación, es decir, es imposible que exista un lugar físico en donde todos los ciudadanos podamos deliberar, así como es imposible que todos nos pongamos de acuerdo en todo, además de que cada uno de los ciudadanos tienen diferentes intereses y cada quien está dispuesto a invertir diferentes cantidades de tiempo en los asuntos públicos (no a todos les interesa la política). Además, creo que vale la pena mencionar que el gobierno le está apostando al olvido, yaque se ha visto supuestamente, que el mexicano tiene una memoria de corto plazo. Nuevamente, las elecciones pasadas podrían ejemplificar esta reducida memoria, a pesar de que lo de Ayotzinapa y lo de las controvertidas casas habían ocurrido entre septiembre y diciembre de 2014 (menos de un año antes del día de las elecciones federales), los votantes no castigamos a la alianza de partidos que llevó al Presidente Peña al poder (PRI-PVEM), tanto que entre estos dos partidos alcanzaron la mayoría en la Cámara Baja.
El papel de los ciudadanos y el reto a la memoria
Para cambiar un equilibrio en un juego económico es necesario que los jugadores cambien su estrategia. Tal como planteé el juego, el gobierno cambiará su rumbo de acción sisólo cambian la estrategia los otros jugadores: la oposición y/o los ciudadanos. La toma de decisiones de los partidos políticos de oposición son relevantes y seguramente les serán importantes en su estrategia electoral de 2018; sin embargo, este trabajo lo tendrán que consultar con la almohada y planear ellos en sus cuarteles generales. Empero, a mi me interesa hablar más sobre las estrategias y agenda de los ciudadanos.
Refiriéndome a la complicada coordinación que existe para los ciudadanos, hoy en día tenemos la gran ventaja de que contamos con las redes sociales digitales. Estas plataformas pueden ayudarnos a los ciudadanos a interactuar con otros millones de personas que comparten nuestros intereses y que no necesariamente tienen que estar con nosotros en el mismo lugar. Hoy en día es posible ver que las redes sociales como Twitter y Facebook han facilitado la comunicación y la coordinación entre los ciudadanos. El mejor ejemplo es la Primavera Árabe, y en México tenemos el movimiento #YoSoy132 y #internetnecesario. Aunque no todos tienen acceso ni interés a estas redes, la plataforma ya existe y simplemente hay que buscar su expansión y su difusión.
Ahora bien, ningún foro va a servir sin lo más importante que es el hecho de que tengamos presente lo que ha pasado en el país (y claro en el Mundo). Si el gobierno está apostando al olvido, es nuestro deber decirle al gobierno y a los partidos de oposición que si ellos quieren olvidarlo, nosotros no lo haremos. Este es el reto a la memoria. Es importante que no olvidemos que en México hay más pobres que hace dos años, que Joaquín Guzmán escapo de un penal de alta de seguridad, hay que recordar las distintas compraventas y rentas extrañas por la Primera Dama y por altos funcionarios de la administración peñista; por supuesto, hay que traer al presente el caso de los estudiantes de Ayotzinapa y de lo ocurrido en Tlatlaya. Es más si no malrecuerdo, cuando Enrique Peña era gobernador del Estado de México dejó pendiente lo de Atenco y lo del caso de la niñaPaulette.
Me gustaría en principio, suscitar a los ciudadanos a que recordemos todo aquello que ha ocurrido en México y recordar que el gobierno nos debe una explicación coherente. Mencionando al historiador búlgaro-francés Tzvetan Todorov, la memoria es necesaria porque estamos hechos individual y colectivamente del pasado, de lo que hemos vivido. Construye nuestra identidad. En este sentido, si queremos un cambio tenemos que reflejar que hay algo que nos ha construido y que si ha habido faltas y errores tenemos que conocerlas para poder hablar de un presente y de un futuro.
El buen y mal uso de la memoria
No solo va a bastar con que recordemos lo que ha pasado, tenemos que darle un uso a la memoria. Sin embargo, de acuerdo con Todorov, la memoria puede tener buenos y malos usos. Por un lado, la memoria puede servir en favor de la justicia y la verdad, por el otro lado, puede ser utilizada como herramienta de la venganza, la agresión y la violencia.
En este tenor, es muy importante darle un buen uso a la memoria que estoy tratando de alentar. Si nosotros como ciudadanos pedimos que nos expliquen y al mismo tiempo pedimos que nos den voz que permita cambiar nuestras instituciones que no funcionan como deberían, entonces habremos utilizado la memoria con un buen fin. Necesitamos primero hacer que se reconozcan los errores y fallas en los diversos hechos ocurridos, en segundo lugar que se haga justicia y que los responsables respondan ante nosotros; por último, es menester que las leyes y procesos se adecuen a los tiempos que estamos viviendo: se necesitan mejores mecanismos y leyes de transparencia, se necesitan avanzar en el empoderamiento ciudadano (candidaturas independientes, referéndum y porque no elecciones primarias de candidatos), se necesitan crear mecanismos de respuesta ante crisis de gobernabilidad o ante conflictos de interés que pueda existir en un gobierno (pienso ahora en la posibilidad de juicio político a un presidente), y por último se tiene que trabajar en que exista competencia real que permita a los ciudadanos poder seleccionar mejor ante distintos productos (si hubiera más televisoras, los ciudadanos tendríamos diferentes fuentes de donde obtener la información pública). Existe una oportunidad para que nosotros, los ciudadanos, exijamos cambios relevantes a nuestros políticos, la memoria es precisamente esa gasolina que nos puede ayudar a lograrlo.
Por último, es importante que tengamos cuidado con la memoria, ya que no es lo mismo justicia a venganza. Tener en el radar los pendientes de nuestros gobiernos pueden tentar algunos a optar por populismos. No debemos crear héroes, mesías, villanos y victimas. Seguramente en este camino nos vamos a encontrar con varios exaltadores que intentarán polarizar a los mexicanos, simplemente habrá que tener cuidado de ellos, ya que mi intención no es dividir a los buenos y malos mexicanos, sino crear las bases que nos permitan caminar juntos hacia un México mejor.
Como conclusión simplemente invito a los ciudadanos a que no olvidemos, y a que le demos un buen uso a la memoria para que podamos aprovechar esta oportunidad de cambiar el rumbo de México. Al mismo tiempo, hay que recordarconstantemente a nuestros gobiernos todo lo que tienen pendiente con nosotros no con fines partidistas, sino con fines políticos y públicos.