¿Por qué
algunos países son democrático y otros no?, y ¿por qué algunas no-dictaduras
transitan a la democracia? Estas son dos preguntas que se hicieron Daron
Acemoglu y James Robinson en su libro Economic
Origins of Dictatorship and Democracy. Los autores tratan estas preguntas
al desarrollar una teoría en donde elites y ciudadanos tienes intereses
distintos lo que crea un conflicto social. En esta teoría, los autores conciben
un juego en el que elites y ciudadanos llegan a diferentes equilibrios de
acuerdo al uso del poder, a las instituciones y a algunas otras características.
Ahora bien, en diciembre de 2010, inició en los países
árabes una ola de alzamientos populares, ocasionados por redes sociales, a los
que se les denominó como la primavera árabe. De igual manera, en las campañas
presidenciales de México en 2012, el efecto #yosoy132
movilizó a un grupo considerable de ciudadanos en contra del entonces candidato
Enrique Peña Nieto. Así como estas movilizaciones, existen otras tantas en el
mundo en las que las redes sociales han jugado un papel relevante. En este
ensayo, me gustaría hacer una extensión de la teoría de Acemoglu y Robinson
para agregar cómo influyen las redes sociales en el proceso de democratización
y de consolidación de la democracia.
En primer lugar, ¿cómo afectan las
redes sociales en la democratización? En los lugares en donde las redes
sociales tuvieron efecto, se notó que éstas les dio poder de facto a los
ciudadanos. Es decir, al permitirle a los ciudadanos divulgar información a
otros de manera masiva (sin la necesidad de los medios de comunicación
tradicionales), se logró que se oyeran voces que en tiempos anteriores jamás
habrían sido escuchadas. Este poder de facto permitió que los ciudadanos
tuvieron el poder para negociar cambios, e incluso lograron tirar a regímenes
dictatoriales como fueron los casos de Libia, Túnez y Egipto. En este sentido,
en algunos lugares los ciudadanos transformaron su poder de facto en poder de
jure. Es importante mencionar que fue relevante el momento en que se dieron las
movilizaciones, lo que se acopla muy bien con la idea del poder transitorio que
menciona Acemoglu y Robinson.
Sin duda alguna, este poder de facto que tuvieron los
ciudadanos se dio gracias a que las redes sociales facilitaron la coordinación.
De acuerdo con Acemoglu y Robinson, una sociedad civil que logra coordinarse puede
acelerar y facilitar una transición hacia la democracia. La primavera árabe es
un buen ejemplo de cómo la redes sociales permitieron a la sociedad civil
organizarse y movilizarse en contra de las elites. Las existencia de la clase
media y de la globalización, fueron otros dos elementos relevantes que
permitieron la primavera árabe. Si comparamos a estos países con Corea del
Norte, se puede apreciar que las redes sociales efervecieron en países que
estaban conectados con el mundo y en donde ya existía una parte de la población
que era parte de la clase media. En cambio en Corea del Norte, no existe una
clase media grande y se encuentra desconectado del mundo; entonces, es difícil
ver un impacto de redes sociales en este país (donde seguramente no existen).
En segundo lugar, ¿cómo afectan las redes sociales a la
consolidación democrática? En principio se debería esperar de que el hecho de
que los ciudadanos estén organizados debería ayudar a conservar una democracia.
Algo que es posible ver es que las redes sociales permiten vigilar más a la
elite y tener una comunicación más directa con esta. En México las redes
sociales han permitido que los ciudadanos sean participes de la vida política;
por ejemplo, muchos ciudadanos han criticado al gobierno y a los partidos
políticos gracias a la difusión de videos e información a través de las redes
sociales.
Ciertamente, los ciudadanos tienen un foro digital que
permite la existencia de la acción colectiva. Sin embargo, tal como Olson afirmaba,
es muy difícil que un grupo grande se logre coordinar. Las redes sociales no
siempre van a garantizar que los ciudadanos se puedan organizar. Utilizando
parte de la teoría de Beatriz Magaloni, organizar a la oposición no es una
cuestión simple. Si los grupos opositores no se logran coordinar, va a
dificultar que puedan influir en la toma de decisiones o en la elección de funcionario
públicos. Tomando a México como una democracia naciente, en 2012, los votantes
que estaban en contra del PRI no se pudieron coordinar, aún cuando coincidían
algunos de sus reclamos que afirmaban que existían prácticas anti-democráticas.
Aunque en México no ha tenido una regresión a un sistema autocrático,
ciertamente los ciudadanos no han podido cambiar el status-quo.
Por último, quisiera mencionar si es posible ver una
consolidación de la democracia en aquellos países donde se dio la primavera
árabe. Si se observan los reportes de Freedom
House se aprecia que las puntuaciones en Egipto no han variado mucho (sigue
siendo un país no libre); en Libia hubo una mejora entre 2010 y 2014, pero
empeoró drásticamente en 2015 (hoy es un país no libre), y en Túnez la mejora
ha sido considerable desde 2010 (paso de ser un país no libre a ser uno
completamente libre). Particularmente en Egipto, las desigualdad que existía entre
ciudadanos y elites, y la crisis que no pudieron resolver, no ayudaron a la
consolidación de la democracia, pues la alternancia ocasionó que llegarán al poder
grupos radicales que al final del día fueron relevados por un golpe de estado.
Por otro lado, en Libia pareciera que la democracia va a lograr consolidarse
pues se han podido garantizar los derechos políticos y las libertades civiles
de sus ciudadanos.
Como conclusión, las redes sociales han mostrado que tienen
una gran compatibilidad con la teoría de la dictadura y la democracia de
Acemoglu y Robinson. Las redes sociales permitieron que ciudadanos de algunos
países árabes protestaran en contra de la elite que en muchos casos los había
oprimido por varias décadas. Esto ocasiono transiciones y cambios democráticos.
Sin embargo, aunque las redes sociales si favorecen a la consolidación de la
democracia (al permitir la vigilancia de las elites), la coordinación de los
ciudadanos se convierte en un problema que puede facilitar el retroceso hacia
gobiernos no libres (como pasó en Egipto). En cierto modo, la transición no
permitió que se crearan instituciones capaces de mantener la democracia. Hay
que tomar en cuenta que redes sociales como Facebook y Twitter son
relativamente nuevas por lo que habrá que esperar un poco más de tiempo para
ver que tan efectivas son en cuando a la consolidación de las instituciones e
ideales democráticos.
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